De acuerdo a lo indicado por Hernández, “los ocho años que estuvimos juntos, no tuvimos mayores problemas, crisis. Si teníamos alguna discrepancia, el pescaba su buzo, sus zapatillas y salía a correr y volvía cuando ya estaba todo en calma. Las cosas se conversaban en la pieza y se arreglaban los problemas. Pero el último año empezamos a tener problemas más grandes”.
“Nibaldo jamás me levantó un dedo” indicó Johanna, momento en el que fue consultada si ella lo había hecho lo negó.
Sin embargo, Nibaldo interpuso una denuncia de violencia intrafamiliar en su contra. Ella dijo que “tuvo que haber sido esa vez que una vez peleamos y yo empecé a tirar todas las cosas al suelo y le dije que se acababa todo”, reconociendo que hubo maltrato en contra del profesor, señalando que “colapsé y tiré todo al suelo y quebré un montón de cosas”, ante lo cual “él solamente me trataba de tranquilizar”.
Relación con Francisco Silva
Durante la práctica profesional de Johanna comenzó un romance con Francisco Silva, mientras seguía viviendo en Peñablanca con Nibaldo.
Según cuenta, "empezamos como amigos, yo le contaba los problemas que tenía, el me contaba los que tenía con su esposa. De a poco se fue dando y terminamos como pololeando, hasta que un día salimos".
Del mismo modo reveló que ella le contó a sus hijos que mantenía una relación con Silva, pero esto no fue informado a Nibaldo.
Planificación del asesinato
10 días antes del asesinato del profesor, el 1 de agosto es el cumpleaños de Johanna. Ella dice que guarda y mantienen los cloanzepam que Francisco le regala.
De acuerdo con el testimonio de Johanna, Francisco le dijo que le dijera a Nibaldo que "le celebrara su cumpleaños en la casa de Peñablanca, y yo lo miré y le dije porqué y me dijo 'tú hace lo que tienes que hacer', ya yo a esas alturas no le rebatía nada a Francisco, yo solamente obedecía, pasaba todo el tiempo dopada".
"Durante los 10 meses que yo estuve con Francisco el me cambió el número de teléfono tres veces", indicó la condenada, agregando que "jamás hubo un plan".
Sin embargo, la declaración de Francisco Silva ante la justicia es todo lo contrario. Según dijo el condenado, "Johanna me plantea la opción de que ella podía concertar una cita con él en su domicilio y en dicha instancia drogarlo, para luego cortar sus muñecas y hacerlo pasar por suicidio”.
La propia Johanna cuenta que es ella quien concerta la cita con el profesor Nibaldo aquel viernes 10 de agosto en su casa de Peñablanca, señalando que este no tendría ningún problema. Según relata la mujer, ese día "me pasó a buscar Francisco a la casa de mi mamá. Me dice ¿Te acuerdas cuando te trataste de matar?, sí claro, yo me tomé las pastillas y me hice unos cortes superficiales en los brazos. Ya, me dijo lo mismo le va a pasar a este hoy día. Yo lo quedé mirando asustada porque Francisco ese día tenía una cara, que no era normal, estaba como desfigurado".
No obstante a estas declaraciones, es el propio Francisco quien dijo a la justicia que "llevaba ropa de recambio y Johanna previamente había afilado con un esmeril, un cuchillo de su propiedad, para así facilitar los cortes que le haríamos en las muñecas. Una vez estacionado fuera de la casa de Johanna, ella abordó el vehículo y tomamos rumbo a la casa de Nibaldo".
Cabe mencionar que queda establecido en la sentencia que Johanna y Francisco mienten, y se inculpan mutuamente en sus declaraciones.
El crimen
Esa noche, la investigación establece que Nibaldo deja a su hija con su hermano y llega con sushi y malta con huevo a la casa de Peñablanca para celebrar el cumpleaños de Johanna Hernández. Ella recuerda que mezcla el clonazepam con la malta y dopa al profesor.
Según cuenta, "Nibaldo en 10 minutos ya no coordionaba. Se quedaba dormido con un sushi en la boca, yo se lo saqué para que no se fuera ahogar".
Cadena perpetua, autora material por el delito de parricidio. Máxima pena en Chile. Ha reconocido que esa noche invita a Nibaldo Villegas a una supuesta celebración de cumpleaños, momento en el que lo droga. Johanna se mantiene aferrada a su versión, insistiendo en que ese 10 de agosto debía seguir las instrucciones de Francisco, mandándole fotos del profesor durmiendo.
Por su parte Francisco indicó a la justicia que a las "23:00 horas aproximadamente, mientras estaba en el automóvil, recibo un mensaje de Whatsapp, en las que Johanna, me envía una fotografía donde se veía a Nibaldo al parecer dormido, le pregunto si iba y me dijo que si".