“Lo rescatamos de una difícil situación. Lo compraron en un criadero, pero se dieron cuenta de que era demasiado grande para manejarlo. Lo abandonaron en un refugio cuando solo tenía 8 meses para que fuera sacrificado. Entonces, llegamos y le proporcionamos un hogar, ha estado con nosotros desde entonces", dijo Brittany Allen, del santuario Shy Wolf a Boredpanda.es.
Yuki es el nombre de este animal que, según las pruebas genéticas que le hicieron, es 87,5% lobo gris, 8,6% Husky siberiano y 3,9% Pastor alemán. Un perro-lobo, pero más lo último que lo primero.
Cuando llegó al santuario, pensaron que Yuki podría ser embajador debido a su personalidad extrovertida, incluso lo llevaron a una excursión de Scouts. Sin embargo, luego de regresar y ser encerrado todo cambió.
Según cuenta el perfil del perro-lobo en Shy Wolf Sanctury, Yuki se sacó la piel en su rodilla derecha, por lo que fue llevado al hospital y sometido a cinco cirugías. Por más que cuidaron sus puntos, él los rompió y se volvió muy agresivo.
A pesar de esto, Yuki no es así con todo el mundo. Un grupo de voluntarias ganó su confiaza y el animal se muestra doméstico con ellas. Incluso se sacan fotos besándolo y cuidado de este.