Karine Jackson, del salón "Hair & Beauty" de Londres, dice que la tendencia de las permanentes se está volviendo más popular. Ella y su equipo usan productos sin amoníaco ni tioglicolato.
"En los ochenta, cuando no se obtenían resultados esperados, el pelo terminaba con las puntas en ángulos rectos o muy dobladas. Ahora los tubos son mucho más anchos, suaves y dejan ondas menos definidas, pero con las características que se esperan", dijo.
Incluso en el artículo se refieren a la permanente "digital", un método japones que está haciéndose popular en el Reino Unido, donde se utiliza calor infrarojo, monitoreado por una máquina, y se usan productos que no utilizan químicos.