- ¿Cómo describirías tu trabajo en "Carmen Gloria a tu servicio"?
Consiste principalmente en ser un intermediario entre ambas partes, para así conocer sus historias y tratar de ayudarlos. También a evaluar el estado psicológico de cada uno de ellos y velar por su bienestar. Tengo un rol de educar a las personas en la casa con respecto a temas de pareja, que nadie les enseña. La gente vive perpetuando algunos mitos y el programa tiene la misión de derribarlos y educar al respecto, para que puedan relacionarse mejor en su casa.
- ¿Hay casos que te llamen la atención y que reflejen la realidad de las parejas en Chile?
Hay ciertos elementos que veo bastante repetidos y tienen que ver con que existe mucha agresividad entre las parejas. Es bastante común que la gente piense que discutir signifique destruir al otro, dejarlo como en el piso. Y eso justamente no es una manera sana de relacionarse, ni llegar a un acuerdo.
Otra de las cosas que me ha llamado la atención en algunos casos, son las historias de cómo empezaron a ser una pareja. Muchas veces la gente se toma a la ligera el tema de casarse, o de entablar un proyecto a largo plazo con alguien, por ejemplo, a veces me dicen que se casaron sólo para salir de la casa de sus padres.
Lo normal es que las parejas vengan de historias, familias, educaciones, experiencias de vida distintas, por eso no se puede esperar que interpreten de la misma manera cosas que les pasan en la vida. Además cada uno maneja la ansiedad, los conflictos, la rabia, de manera distinta y a veces nos cuesta ponernos de acuerdo o entender al otro.
- ¿Qué aconsejarías a las parejas para no llegar a estos puntos tan críticos?
Más allá de que suene súper cliché, soy un convencido de que la felicidad no es algo que se pueda dar por sentado, uno la tiene que ir construyendo. Uno tiene que aprender a convivir, a ponerse de acuerdo, a conquistarse, a darse un espacio, a respetar las diferencias.
Falta el lado más romántico, en el sentido de una historia de amor, proyectos a futuro juntos, etc. Por eso digo que a veces se toman estos compromisos con los motivos equivocados. Tampoco se preocupan de reforzar el amor, la coquetería, la complicidad, simplemente piensan que por casarse o compartir bajo un mismo techo va a estar todo dado, y eso no es así.
- ¿Qué significa para ti este nuevo desafío televisivo?
En el programa de Carmen Gloria los casos son reales y concretos, por ende, implican ciertas complejidades mayores. Hay una intencionalidad de ambas partes se conseguir algo con respecto a lo que están planteando. Y muchas veces la gente trata de manipular la información a su favor, y en eso hay que estar atento, porque no se muestran con la transparencia que uno esperaría.
Eso es lo que lo hace interesante, para mi es un desafío que me tiene muy contento, y espero ser un aporte, tanto para el programa como para la gente que está en su casa. También para las personas que están involucradas en los casos, para que puedan sacar algo en limpio, llegar a acuerdo; además de saber enfrentar y aceptar las consecuencias de las situaciones difíciles que se les presentan.