“Yo soy Américo”, es la primera obra biográfica autorizada por Domingo Jhonny Vega Urzúa, más conocido como Américo, uno de los artistas chilenos más exitosos de nuestro país.
Escrita por el reconocido periodistaMauricio Jürgensen, este libro recoge distintos episodios y experiencias de los 40 años de vida y trayectoria musical del cantante.
Américo y Mauricio Jüserguen
A LLORAR A OTRA PARTE
Según detalla el libro, no todo ha sido fácil para el intérprete de “Te vas”. Desde pequeño ha vivido experiencias que lo han hecho crecer y que lo han llevado ser quien es hoy en día. Durante su adolescencia, tal como dice su canción “Que levante la mano, quien no lloró un adiós”, el cantante tuvo sus primeras relaciones fracasando en el amor.
Siempre se caracterizó por ser intenso, era romántico, se tomaba en serio el amor y llegaba a tal punto de depender del otro ser. Esta manía también le jugaba en contra, constantemente tenía problemas, discutía y terminaba varias veces.
Debido al quiebre de uno de sus amoríos y su notable inmadurez de un chico de 17 años, desesperado se trasladó a una farmacia para comprar Bromazepam, un fuerte inductor del sueño, afirmando que eran para su abuela. Al llegar a su casa, notablemente dominado por sus sentimientos se tomó 30 pastillas acompañadas de cortos chorros de agua. Tras un par de minutos cayó en la cama, todo se volvió borroso y entró en un sueño profundo.
Minutos más tarde, su madre lo encontró recostado con su uniforme y decidió despertarlo, pero el entonces muchacho no reaccionaba y evidentemente estaba intoxicado. En medio de su desesperación, logró trasladarlo hasta un centro asistencial donde le prestaron primeros auxilios e hicieron un lavado de estómago.
Luego de tres días durmiendo, Américo recuerda que despertó amarrado con una cadena. Cuando abrió los ojos vio a una anciana, observó que estaba rodeado de personas que a diferencia de él, si tenían problemas psiquiátricos.
VENENO PARA OLVIDAR
Durante su juventud, siempre se cuestionaba por qué él era el único de sus amigos que no bebía, pero su destino y lo vivido lo hicieron relacionarse con el alcohol. En una gira por Europa, observó que otros artistas se daban un “recreo” bebiendo, por lo que el chileno los comenzó a imitar. Al terminar sus conciertos se encerraba en su casa a beber, destapaba varias botellas de Whisky y bebía el licor con poco hielo.