Ni ha sido fácil para la pareja de Meghan y Harry encontrar un lugar para vivir. Primero decidieron mudarse del Palacio de Kensington en medio de los rumores de conflictos con Kate Middleton. Así, a fines de 2018 los duques se trasladaron a una mansión en Cotswold, en plena campiña inglesa.
Según informa Infobae, la pareja disfrutaba mucho del lugar, pues les permitía vivir "como personas normales".