La evidente diferencia física entre Alana McLaughlin y su oponente generó gran controversia.
Alana McLaughlin se transformó en la segunda luchada trans en participar en una lucha de artes marciales mixtas, donde en su debut venció a Celine Provost, peleadora con basta trayectoria que se vio inmensamente superada por su rival.
La pelea no estuvo exenta de polémica, ya que quedó de manifiesto la diferencia física entre ambas contrincantes, donde McLaughlin la supo aprovechar a su favor para vencer a su oponente con un estrangulamiento.